Un piso asistido es un espacio residencial organizado por los propios usuarios, que al tiempo que comparten y disfrutan de los derechos y deberes de la convivencia en grupo, adquieren conocimientos para desarrollar más su autonomía, huyendo a la vez de la sobreprotección familiar que, en ocasiones, causa un grave perjuicio para el desarrollo personal de estas personas. El objetivo final es aumentar la independencia y la integración social a través de la incorporación en la vida en comunidad. Mediante actividades sencillas de la vida diaria, de ocio o tiempo libre, se consigue prevenir y reducir las consecuencias que la discapacidad provoca sobre la autonomía funcional para poder aumentarla. Para tales efectos están los auxiliares del hogar, que suplen las tareas que el afectado no puede desempeñar y le proporcionan el apoyo necesario. Los cuatro o seis inquilinos que suelen componer estas viviendas, reciben los servicios asistenciales de un equipo de profesionales que les garantizan una cómoda convivencia a la vez que cubren las necesidades que derivan de su discapacidad. En cuanto a las infraestructuras de la vivienda tienen que ser totalmente accesible y contar con espacios amplios. Al igual que existen diversos tipos de construcciones, también se dan diferentes modos de financiación, pudiendo ser financiados por entes privados y por las administraciones públicas. Normalmente cuentan con el respaldo de alguna ONG para el diseño y planificación de los proyectos, y para servir de intermediarios en la financiación. |